sábado, 21 de septiembre de 2013

El mexicano lee pocos libros de historia

Para nadie es un secreto que en México la mayoría de la población no lee, aunque eso se compensa un poco con un pequeño porcentaje de mexicanos que leen mucho. Pero lo cierto es que en México se leen pocos libros de historia, y los que son superventas están acompañados de costosas campañas promociónales.
Aunque cabe resaltar que al mexicano sí le gusta saber su historia, pero no leerla, prefiere que se la cuenten. Y ésa es la razón por la cual matones como Francisco Villa y Rodolfo Fierro son considerados héroes. También a esa costumbre mexicana se debe el hecho de que los errores que ya se cometieron en el pasado se estén repitiendo actualmente.
Que los mexicanos no leen los libros de su propia historia es un dato que puede obtener con facilidad cualquiera que sí tenga la afición de leerlos. Hay muchos clásicos de historia que son imposibles de hallar en las librerías. Están agotados, no se editan, de algunos la última edición fue hace muchos años.
Obras excelentes de historiadores y cronistas de los siglos XIX y XX, que en su momento tuvieron buena recepción y que están avalados por serios estudiosos de la historia mexicana, de milagro los encuentra uno en bibliotecas o en librerías de viejo.
Eso ocurre porque sencillamente no son demandadas por los lectores. Si la situación fuera al contrario, se editarían con mucha frecuencia y estarían a la vente casi de manera ininterrumpida, pero como nadie quiere leerlos, los editores y libreros sencillamente no se preocupan por ponerlos a la venta.

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