Ésta es la
mejor biografía que existe de Santa Anna. No es la más completa, debo decirlo,
pero es, y con mucho, la mejor escrita. Se la debemos al escritor chihuahuense
Rafael F. Muñoz, quien la publicó en 1938. Desde entonces, como uno de esos
libros clásicos de la historiad de México, ha estado presente creo de manera
regular en las librerías y aparece comúnmente en la bibliografía de los más
recientes biógrafos de Santa Anna.
Aunque nos
legó esta gran biografía, Muñoz no demostró en su obra ser un experto en la historia
de México del siglo XIX. Tal vez lo sedujeron más la revolución y Villa, porque
ahí, en ese período y en ese hombre, centró la gran mayoría de su producción
literaria. Santa Anna: el dictador
resplandeciente es un paréntesis dentro de su obra, pero no por eso deja
de ser el mejor libro que existe para acercarse a aquel hombre que amó mucho a
su país, pero que lo destrozó porque se amó más a sí mismo, como casi cualquier
hombre.
¿Alguna
vez alguien se imaginó una biografía de Santa Anna, del protagonista de las más
grandes desgracias de México en sus primeros cuarenta años como país
independiente, que fuera divertida? Pues ésta lo es. El estilo totalmente
desenfadado de Muñoz, en una época temprana, cuando los escritores mexicanos
aún no se desprendían del todo del formalismo literario que venían arrastrando,
nos lleva a adentrarnos en la biografía del César mexicano sin rencores, fuera
del papel de jueces omnipotentes, a pesar de que en la niñez en la escuela nos
enseñaron a odiarlo, método éste que busca cargar sobre un solo hombre los
fracasos de todo un país.
Muñoz
biografió a Santa Anna tratándolo como a un simple personaje histórico, como si
hubiera biografiado a Marco Antonio o a Aníbal, quitándose de encima esa herida
que no sana nunca, que el sistema educativo mexicano transmite a cada niño como
si fuera un estigma hereditario, pretendiendo que la lleve por toda la vida.
En esa
época, cuando tenía pocos años de terminada la revolución y la omnipotencia del
Estado pesada en todo lo escrito, era común que sobre unos pocos personajes
recayera el peso de los fracasos del país. Santa Anna, Miramón, Porfirio Díaz y
otros eran los chivos expiatorios a los cuales se podía culpar de los defectos
de una cultura que se ha negado a cambiar porque sencillamente así son las
culturas, inmutables aunque pasen siglos. Pero todos esos prejuicios y odios
algunas veces legalizados, no influyeron sobre Muñoz a la hora de escribir este
excelente ensayo.
En Santa Anna: el dictador resplandeciente
conocemos de manera parcial no a un monstruo lleno de maldad que se empeñaba en
aplastar a sus compatriotas, sino a un mexicano como hay tantos, sobre el que
otros depositaron grandes responsabilidades porque tenían miedo de hacerse
cargo ellos.
A pesar de
que era un mal militar, de que tenía el egoísmo y el rencor como sus vicios
menores, y de que probablemente -detalles nunca aclarados- fue un traidor,
Santa Anna estuvo, mientras pudo, en las batallas más difíciles que enfrentó
México en aquellos tiempos. Cuando ya no tenía fuerzas ni buena vista todavía
quería ir a los campos de batalla. Eso no lo hace un cobarde. Santa Anna era
más valiente que muchos de sus contemporáneos y muchos de sus sucesores. ¿Dónde
estaba el gran Villa, por ejemplo, cuando fue invadido el puerto de Veracruz? Si
algo sabemos de Santa Anna es que habría ido incluso solo y arrastrando su pata
de palo.
Hacen falta buenos libros para conocer al verdadero Santa Anna, y éste es uno de ellos, bien escrito, imparcial y también muy divertido. Lo recomiendo ampliamente.
Hacen falta buenos libros para conocer al verdadero Santa Anna, y éste es uno de ellos, bien escrito, imparcial y también muy divertido. Lo recomiendo ampliamente.
La mejor biografia de Santa anna no es esta, es la de WIll Fowler " Santa anna de Mexico" esta si es la mejor y lamentablemente es practicamente desconocida
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