El general
Zaragoza en muchos aspectos fue un militar atípico en el México del siglo XIX:
no tenía ambiciones políticas, era modesto sobre sus capacidades como militar,
tenía la prudencia por virtud, no ambicionaba ascensos sin méritos y tampoco
exhibía crueldad. Tan prudente fue en su vida privada que mucho se ignora de él
en ese sentido. Y como muestra está la biografía que le escribió Alfonso
Hurtada, de la que toca hablar hoy.
En este
libro, con una prosa en extremo sencilla y quizás anacrónica, conocemos los importantes
sucesos de la historia de México en los cuales el general Zaragoza se
distinguió como un buen hijo de su patria. Sin embargo, más parece un ensayo
sobre la guerra de reforma y el principio de la intervención francesa que una
biografía del general. Apenas hay un acercamiento a él que no alcanza a ser
biografía.
Hurtado
nos cuenta algo sobre sus orígenes tejanos, su vocación por la carrera de las
armas y su ingreso al bando liberal para echar a Santa Anna, por última vez en
su larga carrera, de la presidencia de México. Zaragoza era un hombre
convencido de sus convicciones ideológicas y estaba al tanto de algunas de sus
carencias por no haber podido terminar su formación militar -las cuales le
ayudó a superar el general francés conde de Lorencez-.
En en el conflicto armado que se desató por causa de la reforma la capacidad de Zaragoza se vio del todo opacada por el genio
de Miguel Miramón, un general que parecía haber inventado la guerra. Pero el
tejano no era precisamente un hombre de pasiones. Era prudente -virtud que no ha
sido aliada de muchos militares mexicanos- y ésa era su gran ventaja. La
sangrienta guerra de reforma lo formó. No
pocas veces estuvo a punto de perder la vida y conoció el amargo sabor de la
derrota. Por eso cuando llegaron los franceses, Zaragoza ya era un buen militar,
con experiencia y astucia.
De esos
aspectos y algunos otros no poco importantes sobre la vida de Zaragoza trata
este libro. Pero falta información sobre él, información más cercana al hombre,
porque eso es lo que contiene una biografía. Quizás el general supo cuidar su
vida privada, ya que la prudencia de un hombre empieza por allí.
Revisando la bibliografía de la que se valió Hurtado, he visto que apenas uno de los libros es una biografía de Zaragoza, la que escribió su contemporáneo y amigo Manuel Z. Gómez. No se puede escribir una biografía de un personaje valiéndose apenas de otra, pero si no hay más tampoco existe otra opción.
Revisando la bibliografía de la que se valió Hurtado, he visto que apenas uno de los libros es una biografía de Zaragoza, la que escribió su contemporáneo y amigo Manuel Z. Gómez. No se puede escribir una biografía de un personaje valiéndose apenas de otra, pero si no hay más tampoco existe otra opción.
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