Este libro es una recopilación de
poesías mexicanas a lo largo de dos siglos. Están los mejores. Y otros de
relleno. Se trata de una edición conmemorativa que surgió con motivo del
bicentenario de la independencia y del centenario de esa matanza por intereses
políticos y egoístas que muchos torpemente, y por ignorancia o conveniencia, conocen como una
revolución por los derechos de las clases más menesterosas. Nada más lejos de
la triste realidad.
Pese a que es un libro que podríamos
llamar de colección, no es tapa dura, mas por el contenido bien vale la pena hacerse
de él. No sólo están los poetas consumados, sino otros escritores que débilmente
se dedicaron a la poesía. Encontramos poemas de Andrés Quintana Roo y Fernando
del Paso. Falta Álvaro Obregón con sus Fuegos
fatuos, un poema tan extraordinario que merece ser difundido aunque lo haya
escrito un matón venido a presidente con delirios de faraón. La poesía no se
juzga por quién la escribe ni para quién. Es una breve reseña en clave de la evolución de la vida, de sus miserias y sus tristezas, de sus recuerdos más dolorosos que a veces, algunas pocas, se convierten el bellisímos poemas.
En fin, un libro ideal para quien
quiera reunir en poco espacio a casi todos los poetas que han nacido y escrito
desde poco antes que México fuera un país independiente.
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