viernes, 23 de enero de 2015

Clemencia – Ignacio Manuel Altamirano

Clemencia es una novela del siglo XIX que podríamos catalogar como la cúspide del romanticismo mexicano, toda vez que aceptemos primero que éste existió. Es, junto con Navidad en las montañas, la obra más conocida de Ignacio Manuel Altamirano, el escritor por excelencia de la Reforma y el Imperio.
Los hechos se sitúan en la ciudad de Guadalajara, poco antes de que sea invadida por los franceses. Allí se acuartela el ejército mexicano, todavía lamiéndose las heridas provocadas por la toma de Puebla, justo en el prefacio del Segundo Imperio.
En tales circunstancias, está muy arraigado en algunos tanto el patriotismo como la traición, de manera tan indistinta y confusa como para que el traidor se sienta patriota y el patriota traidor. Trasladándonos a la época, recordemos que no existía un gobierno consolidado, que años y años de revoluciones no habían construido una identidad nacional por la cual inclinarse sin albergar dudas.
Muchos mexicanos realmente veían el apoyo a los franceses y, más aún, a Maximiliano como la forma correcta de construir un México pacífico y próspero. En la reciente novela Juárez en el Convento de las Capuchinas, la reunión secreta con Maximiliano, el emperador le reprocha al presidente el hecho de que algunos mexicanos hayan sido obligados por los juaristas a pelear por la causa de la república, siendo llevados al campo de batalla incluso encadenados.
Así las cosas, algunos militares se sienten seducidos por el bando francés, como es el caso de Enrique Flores, un guapo comandante, alegre y carismático e irresistible para las mujeres, y que no ve la hora de cambiarse al bando del enemigo. Pero por otro lado tenemos a Fernando Valle, un hombre poco atractivo, serio y hermético, desagradable por su forma de ser incluso para sus camaradas de armas, pero indudablemente patriota y bravo, veterano de la batalla de Puebla.
Flores y Valle se enamoran de la hermosa Clemencia, y ésta, superficial aunque se cree muy analítica, sólo usa a Valle para animar los celos de Flores, de quien se siente perdidamente enamorada por su carisma y galanura. A la hermosa joven le dolerá mucho, en esta romántica historia, darse cuenta de qué tan cobarde es realmente Flores y cuán barato vende su honor, y la clase de hombre sacrificado y valiente que es Valle, capaz, como un caballero de la época, de ir al paredón porque sea feliz la mujer a la que ama, sin que apenas ésta le dedique una sincera sonrisa.

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