Cualquiera
que lea el titulo y el subtitulo de esta novela pensaría que se trata, sí, de
las memorias de un guerrillero que participó de principio a fin en la guerra que causó la segunda intervención de Francia en México y que también estuvo presente,
quizás hasta como miembro de un pelotón, la mañana del 19 de junio de 1867 en
el Cerro de las Campanas.
Pero no es
así. La novela fue publicada en 1868 y como puede verse ya entonces se aplicaban
los conocimientos de marketing al titulo de los libros. Muy seguramente el
escritor Juan Antonio Mateos pensó que poniéndole como titulo a su novela el
nombre del lugar donde habían sido fusilados Maximiliano y sus dos generales
más bravos los lectores acudirían a comprarla apresuradamente. También se aprecia que en el
subtitulo mintió un poco. Él en hechos de armas participó tanto como cualquier mexicano
pacífico de la época. Su experiencia como guerrillero era, por tanto,
inexistente.
Fue en
realidad escritor y político. Llegó incluso a ser funcionario público durante y
para el gobierno de Maximiliano. Aunque después por criticarlo fue enviado a
prisión. Publicó esta novela al año del desplome del Imperio, por lo que es de
suponerse que se puso a escribir a marchas forzadas para capitalizar los
acontecimientos recientes de la mejor manera.
Sobre la
novela se pueden decir cosas buenas y malas. Quizás una de las buenas es que es
demasiado extensa, cuando los superventas de la época solían ser novelas cortas
como Clemencia, La Navidad en las montañas o Martín Garatuza. Mateos emprendió una empresa muy colosal en
comparación con otros escritores mexicanos, al estilo ruso. Y en una novela
larga existen más posibilidades de cometer errores, que los hay en ésta.
La
historia está situada dentro del Imperio. Inicia cuando los mexicanos esperan
la llegada de los franceses a la capital. Hay tres historias de amor sobre las
que gira el argumento a lo largo de la novela. La principal la integran una
joven de clase alta que pertenece a una
cómica familia y un militar republicano que se ve en la necesidad de abandonar
a su amada para ir a luchas contra los franceses. La segunda está formada por
una hermosa mexicana de carácter muy atractivo y un soldado francés que no tiene
las mejores intenciones. Y el protagonista de la última es el propio
Maximiliano, quien disfrazado de simple soldado austriaco seduce a una joven de
condición humilde, hermana de un guerrillero juarista que no perdona una ofensa.
Lo mejor
de la novela sin duda es la comicidad verdaderamente amena, aun para estos
tiempos, que nos ofrece de principio a fin. Mateos nos regala un extraordinario
testimonio del carácter del mexicano de la época, desde los afrancesados hasta
los más humildes guerrilleros. Algunas partes de la obra son extraordinarias, donde el autor logró brillar con plenitud. Pero también
cometió grandes errores, recurrió a ingenuidades difíciles de creer, además de
otros fallos casi inaceptables, siendo él un cronista de época, como ignorar el
nombre del hermano mayor de Maximiliano, a quien llama José II, o poner a la
princesa Inés de Salm-Salm hablando español fluidamente, cuando en realidad
ella apenas y conocía unas palabras.
Pero dejando a un lado los errores, creo que de las novelas mexicanas del siglo XIX, ésta es la que nos ofrece un mejor retrato del mexicano de esos tiempos, en todas sus facetas, por eso y por su extraordinaria comicidad vale la pena leerla.
Lee otra reseña: Con Maximiliano en México
Pero dejando a un lado los errores, creo que de las novelas mexicanas del siglo XIX, ésta es la que nos ofrece un mejor retrato del mexicano de esos tiempos, en todas sus facetas, por eso y por su extraordinaria comicidad vale la pena leerla.
Lee otra reseña: Con Maximiliano en México
Yo pienso que vale la pena leerla porque me imagino que unas páginas escritas un año después de cualquier acontecimiento deberán estar mucho mas impregnadas con el verdadero sentimiento que se respiraba en esos momentos. También me parece interesante por el acercamiento con el lenguaje de esa época, y con las frases. De hecho me sorprendió que mas de cien años después se sigan utilizando las mismas frases.
ResponderEliminarComparto la misma opinión, son novelas que merecen ser leidas, tanto como para conocer un poco más de la vida de México en el siglo XIX como para no dejar morir el lenguage florido de aquellos tiempos. Doy gracias a mi Madre y abuelo por haberme introducido a estas novelas. Las primeras páginas las lei de una edición del inicio del siglo XX, pero la colección 'Sepan Cuantos' los ha reproducido aceptablemente con escepción de los dibujos. Leí, El Cerro de Las Campanas y Cinco de Mayo. Me encantaron tanto que considero leerlos de nuevo, con la única intención de enriquecer mi vocabulario y aprender algunas frases de aquellas épocas. También quiero comentar que estas obras, dispararon mi interes por la historia de México del siglo XIX.
ResponderEliminarHola yo tengo una copia de este libro. Que data de la epoca .mi abuelito que fue presidente municipal de san pablo anicano,puebla fue ayudante de un guerrillero del sur....lo tengo en mis manos con litografia y todo y tengo otro que se llama sol del 5 de mayo muy imteresante tambien....saludos!
ResponderEliminar