Hace ya
algunos años que leí el famosísimo libro del Che, el mismo que se ha convertido en medio siglo en una autentica Biblia del
guerrillero. Pocos conceptos recuerdo a estas alturas porque sencillamente me
pareció una obra de muy modesta calidad: como manual para un guerrillero es
bastante simple, con explicaciones que me parecieron innecesarias por
predecibles, y como obra literaria no entretiene ni sorprende ni agrada.
El impacto
del libro se debió al interés que existía cuando fue publicado, poco después
del triunfo de Castro en Cuba, por convertir al Che en lo que según los historiadores más objetivos nunca fue, un
hombre brillante. Muchos no lo consideran ni medianamente inteligente, y la
única vocación que le ven es la de verdugo.
Sin
embargo, para los biógrafos que lo idolatran, Guevara era un intelectual
brillante incluso desde una edad muy temprana. En la película Diarios de motocicleta, del año 2004, el
Che le sirve a su bienhechor en el
Perú durante su primer celebre viaje, el doctor Hugo Pesce, como un imparcial
crítico literario al revelarle los muchos defectos de su novela. Esa anécdota,
en diferentes versiones como muchas más sobre Guevara, se puede leer
en varios libros, aunque es difícil de creer.
El Che en
esos tiempos era un joven aun sin ideología y desertor temporal de la carrera
de medicina -la misma que según muchos historiadores nunca terminó-, y no era
desde luego un intelectual que se las sabia todas, como se han empeñado en
hacer creer sus hagiógrafos. Y el principal problema para éstos es que Guevara
dijo muchas cosas y escribió otras tantas.
Y en eso, en sus discursos y sus textos, no se ve a un intelectual, ni
siquiera a un hombre inteligente.
La guerra de guerrillas es un
pequeño manualito que tomando en cuenta la importancia de lo que dice pudo
haber sido mucho más pequeño de lo que es. No esconde entre sus páginas a un
genio, y eso salta a la vista pronto, pero ni siquiera podría ser de mucha
utilidad a un guerrillero porque lo que invita a hacer lo haría cualquiera sólo
por sentido común.
Por principio de cuentas, no deja de ser sumamente extraño que después de escribir su manual perfecto del guerrillero, el Che haya perdido las dos guerras en que participó, en el Congo y en Bolivia. O no usó sus propias teorías o sus teorías resultaron no ser para nada eficientes. Sería bueno que quienes dispuestos a matar al capitalismo con fusil al hombro se marchan al monte llevando el libro de Guevara en la mano, recapacitaran un momento en que los consejos que contiene quizás llevaron al propio autor a fracasar y posteriormente a morir ejecutado.
Por principio de cuentas, no deja de ser sumamente extraño que después de escribir su manual perfecto del guerrillero, el Che haya perdido las dos guerras en que participó, en el Congo y en Bolivia. O no usó sus propias teorías o sus teorías resultaron no ser para nada eficientes. Sería bueno que quienes dispuestos a matar al capitalismo con fusil al hombro se marchan al monte llevando el libro de Guevara en la mano, recapacitaran un momento en que los consejos que contiene quizás llevaron al propio autor a fracasar y posteriormente a morir ejecutado.
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